Agencias
El Vaticano.- A través de una instrucción aprobada por el Papa Francisco y que influirá sobre las prácticas de millones de personas, el Vaticano prohibió la "dispersión en el aire, en la tierra o en el agua" y la "conservación en el hogar" de las cenizas de los cuerpos cremados.
Es decir, que ahora quien desee ser cremado al morir, tendrá que pasar el resto de sus días en un lugar aprobado por la Iglesia Católica, ratificando con esto su preferencia por la sepultura porque demuestra un mayor aprecio por los difuntos.
Además, a través de una resolución de ocho puntos dada a conocer este martes, se negará la sepultura a quien pida que sus cenizas sean esparcidas en la naturaleza tras la cremación. Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no será permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma", anunció la Santa Sede a través de una Instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre "la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación".